La cultura en las localidades: ¿cómo entenderla a través del periodismo local?
Ante una notoria explosión de la cultura y de sus expresiones en los barrios y en las comunidades, el periodismo local y comunitario es una voz fundamental: permite registrar, conocer, comprender y respaldar procesos que no se ajustan al molde de la cultura general sino que son únicos, nuevos y refrescantes.
Sin embargo, estas iniciativas -como lo son los medios locales pero también los periodistas empíricos que dedican un esfuerzo contracorriente para contar lo que pasa en su comunidad- enfrentan una constante lucha por obtener la financiación necesaria para seguir construyendo su material. Por ello, para múltiples voces de la cultura local es clave repensar la importancia de las propuestas de comunicación locales y comunitarias tanto desde su impacto como desde sus necesidades actuales.
Para María Yamile León, pintora, limitada visual y directora de la emisora comunitaria Urdimbre, “la relevancia del periodismo local es que nos permite estar más cerca de donde ocurren las noticias que afectan a la comunidad. Esto genera dinámicas informativas que empoderan a la población”.
Desde Urdimbre, León y su equipo promueven los derechos de las mujeres mediante podcasts, programas radiales, capacitaciones y campañas enfocadas especialmente en la localidad de Santa Fe.
“A partir de nuestras grabaciones se ha generado una gran reflexión en torno a los derechos de las mujeres. —dice León— Esto les ha permitido defender sus derechos como seres de la comunidad”.
Así, el periodismo local permite que poblaciones históricamente discriminadas tengan un espacio de reconocimiento y difusión para su comunidad y sus prácticas culturales.
Ante esto, Yessenia Mosquera, directora de CanalAfro -medio de comunicación enfocado en la divulgación de las actividades de la comunidad afrodescendiente en Bogotá-, afirma que “la importancia del periodismo local es poder expresarse libremente e interactuar con la comunidad en los barrios: poder escuchar sus inquietudes y visibilizar actos culturales, políticos y de todo tipo”.
Otro ejemplo es el Periódico Proclama, un medio de comunicación comunitario cuyo objetivo, según su director Nelson Julián Villamizar, es “visibilizar problemáticas y buscar alternativas de solución para que se cumplan las acciones afirmativas establecidas en el marco legal existente para la población en condición de discapacidad”.
Pero no se trata solo de medios, sino también de creadores independientes, periodistas empíricos, artistas que sienten la misión de contar lo que ven a su alrededor y que no es usualmente captado por los medios tradicionales.
Necesidades actuales
La dificultad para conseguir una financiación estable y duradera hace tambalear la supervivencia de los periodistas y los medios de comunicación locales y comunitarios.
“No tenemos la pauta ni publicidad de los medios masivos. Además, el apoyo institucional es insuficiente por lo que nosotros sobrevivimos con costos muy limitados, lo que nos impide crecer e impactar a más personas”, afirma Jorge Eliecer Gil, director del Periódico San Victorino, medio comunitario cuyos principales lectores son los comerciantes de las localidades de Santa Fe, Mártires y La Candelaria.
Según Gil, su principal fuente de ingresos son las donaciones y aportes que los comerciantes de la zona les brindan. “Tenemos una gran aceptación y credibilidad entre los comerciantes del sector porque analizamos sus necesidades políticas, sociales y económicas desde una perspectiva más cercana”.
Por su parte, para Camilo Calderón, director de la revista cultural Laguna Negra, medio ganador de la primera temporada de MANADA por su propuesta innovadora, las principales necesidades de un medio alternativo son “la falta de apoyo, las barreras en la distribución e incluso la censura. Empezar y mantener un proyecto es una tarea de constante entrega, rebusque y tiempo. Y para tantos proyectos excelentes y de calidad en esta época, no hay suficiente apoyo”.
Por todo esto, la cultura será la primera beneficiaria de un periodismo local que registre la movida en sus barrios.